Serie: Dogmática Escritural, Dios y Su Palabra.
Pregunta 31: ¿Cuáles son los Atributos de Dios?
La justicia de Dios
Así como hemos hablado del amor de Dios como un atributo comunicable en el cual Dios nos hace partícipes de lo que Él es en sí mismo, de igual modo es necesario hablar de la justicia de Dios como ese atributo divino por el cual Dios da a conocer la perfección y la Santidad de Su Ser y carácter.
Los puntos a tratar aquí en relación a la justicia de Dios serán los siguientes; 1) primeramente hablaremos sobre aquella virtud en Dios por la cual tanto Su voluntad como Sus actos que Él ejecuta, son siempre juicios justos sin ninguna iniquidad en Él, pues dichos actos son hechos siempre conforme y en armonía con Su propia Santidad, 2) que Sus ordenanzas dadas al hombre en Su Palabra son mandamientos de justicia en los cuales el hombre debe de pensar, meditar y obedecer para la gloria de Dios y majestad, y por último, 3) hablaremos de la justicia de Dios como ese don de gracia que es imputada sobre el pecador electo en Cristo Jesús, la cual fue concebida eternamente, realizada en Cristo y aplicada al pecador por medio de la fe.
(1) Cuando hablamos de la justicia de Dios en sí, nos referimos a la perfección y Santidad del carácter de Dios mismo, quien es justo y quien ama la justicia. Esto es lo que leemos en el Salmo de David cuando él dice lo siguiente; “Porque Jehová es justo, y ama la justicia; El hombre recto mirará su rostro.” (Salmo 11:7), esa misma es la oración de Daniel en el capítulo 9 verso 7 de su libro; “Tuya es, Señor, la justicia”. Incluso nuestro Señor Jesús al orar a Su Padre se dirigió a Él como; “Padre justo” (Juan 17:25). Por consiguiente vemos que si Dios es justo y quien ama la justicia, se sigue entonces que sus juicios son siempre justos sin ninguna maldad en Él para llévalos a cabo, como el propio apóstol Juan en la isla De Patmos lo contemplaría; “Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas.” (Apocalipsis 16:5).
Por lo tanto cuando hablamos de la justicia de Dios primeramente debemos pensar en aquella virtud de Dios que Él goza en sí mismo. La cual es Su propia justicia y que tanto Su voluntad como todos Sus actos que Él realiza, son siempre justos sin ninguna iniquidad en Él, pues dichos actos son hechos siempre conforme y en armonía con Su propia Santidad. Así, Dios es justo y todos Sus juicios son justos; “Justo es Jehová en todos sus caminos, Y misericordioso en todas sus obras.” (Salmo 145:17). “El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.” (Deuteronomio 32:4).
(2) En segundo lugar cuando hablamos de la justicia de Dios lo hacemos en referencia a los mandamientos que Dios nos da en Su Palabra, en los cuales debemos de andar y obedecer. El Salmo 119 que habla de las excelencias de la Ley de Dios en el verso 137 dice que; “Justo eres tú, oh Jehová, y rectos tus juicios.” y en el verso 40 dice; “He aquí yo he anhelado tus mandamientos; Vivifícame en tu justicia,” en el verso 123 juntamente con el Salmista clamamos; “Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia,” y los versos 142 y 144 dicen; “Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley la verdad,” “Justicia eterna son tus testimonios; Dame entendimiento, y viviré,” como también el famoso verso 160; “La suma de tu palabra es verdad, Y eterno es todo juicio de tu justicia,” y el versos 172; “Hablará mi lengua tus dichos, Porque todos tus mandamientos son justicia.”
Esto implica que el desobedecer los mandamientos de Dios es transgredir la justicia divina incrementado con ello la ira de Dios por tal transgresión. De ahí nuestro llamado al arrepentimiento, pues de lo contrario y; “por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras” (Romanos 2:5-6). Incluso cuando Dios disciplina a Su pueblo Dios sigue siendo justo, pues; “Tú eres justo (Dios) en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo,” (Nehemías 9:33), de ahí nuestro castigo y disciplina (Hebreos 12:6-7).
(3) En tercer lugar la justifica de Dios es mencionada en las Escrituras como ese don de gracia el cual Dios imputa libremente al pecador por medio de la fe. Este don de gracia fue concebido eternamente en el decreto eterno de Dios, adquirido por la muerte y resurrección de Cristo y aplicado por medio de la fe al pecador electo declarándolo así justo ante Dios (Isaías 59:16-17, Romanos 3:19-31; 4:4-5, 25; 8:30). Tema que desarrollaremos luego.