Y el siervo del Señor no debe ser rencilloso [griego; máchomai], sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido, que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si acaso Dios les da el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la verdad… (2 Timoteo 2:24-25)
A menudo escuchamos decir; “El siervo del Señor no debe ser rencilloso” lo cual es lo que el texto nos indica, pero quienes citan el texto entienden otra cosa y no lo que el texto quiere decir. Ellos preguntan: “¿Qué es ser rencilloso?” para luego responder: “Alguien que ama debatir, pelear, discutir y argumentar. De ahí que un siervo o pastor o creyente no debe ser rencilloso.” Pero, ¿Es a eso a lo que Pablo se refíere?, ¿Es esto la intrucción de Pablo a Timoteo?
Cuando nosotros hablamos de argumentos para mostrar una postura que se tiene, no hablamos de ser rencillosos o pelioneros por su puesto. Lo que se está diciendo es que un argumento por si mismo es un conjunto de afirmaciones las cuales sirven como premisas y que conducen a una conclusión.
Todos nosotros en realidad empleamos las reglas de argumentación ya sea que estemos conscientes o no. Ya que estas reglas aplican a todo razonamiento que hacemos a diario, no importando el tema que estemos tratando. Nosotros usamos estas reglas de lógica inconcientemente cada día de nuestra vida diaria. Por ejemplo; supongamos que un amigo le pregunta a usted, “Tengo que ir hoy a la librería para hacer una compra”. Usted le responde, “No puedes hacer eso hoy”, “por qué no?” pregunta su amigo, “Porque hoy es Lunes y la librería no está abierta los Lunes.” Con ello, usted ha presentado un argumento a su amigo lo que indica haber razonado en cuanto al tema.
1) Si hoy es Lunes, la librería está cerrada.
2) Hoy es Lunes.
3) Por lo tanto, la librería está cerrada.
En lógica proposicional puede establecerse formalmente como:
P→Q, P
Entonces Q
La oración (1) y (2) son la premisas del argumento, y la oración (3) es la conclusión que se sigue de las premisas. Lo que usted está diciendo es que si las premisas son verdades (1) y (2), la conclusión lo es (3). No es solo su opinión si la librería está o no abierta, usted ha dado un argumento razonable para concluir que en verdad está cerrada hoy Lunes.
Pablo lo que está instruyendo al joven Timoteo (y por supuesto a nosotros por medio de su carta) es que un siervo no debe ser rencilloso [máchomai], lo cual significa alguien que combate en una pelea irracional con otra persona, ya que esto perjudica no solo al Evangelio sino también a los que oyen dicha riña (1 Timoteo 4:16, 6:4-5, 2 Timoteo 2:23). Las cuatro veces que aparece esa palabra en el Nuevo Testamento es lo que nos indican.
Por el contrario, a diferencia de ser alguien rencilloso Pablo se presenta al joven Timoteo como un siervo racional [dialégomai], siendo así un apologísta de la fe cristiana contra todo aquel que demande razón de nuestra fe;
Y Pablo, según su costumbre, fue a ellos y por tres días de reposo discutió [dialégomai] con ellos basándose en las Escrituras, explicando y presentando evidencia de que era necesario que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos, y diciendo: Este Jesús, a quien yo os anuncio, es el Cristo… (Hechos 17:2-3)
… apto para enseñar, sufrido, que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si acaso Dios les da el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la verdad… (2 Timoteo 2:24-25)
porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo… (2 Corintios 10:4-5)
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