Mientras que la Ley de Dios produce un orden social responsable y estable, las leyes de esclavitud de los hombres son caóticas, opresivas y tiránicas. La cosmovisión bíblica no es un cuento de hadas o perfeccionismo romántico, sino una valoración realista de los hombres con sus pecados y defectos. La Palabra de Dios nos encuentra donde estamos en nuestra esclavitud, y nos muestra el camino hacia el dominio responsable bajo Dios.
David Chilton, Cristianos Productivos.