Por Rev. Stewart.
Juan 10:35 nos enseña el origen de la doctrina de la infalibilidad de la Escritura. Esta doctrina no comenzó en los últimos 100 o 150 años con los teólogos de Princeton, como Charles Hodge o BB Warfield entre otros. Tanto Luteranos, Reformadores y teólogos Anglicanos han estado enseñando durante siglos esta doctrina. ¿Cómo podrías encuadrar la declaración de la Confesión de Westminster (1647) sobre la “total perfección” de la Escritura (1.5) con errores en la Biblia?. La Confesión Belga (1561) tampoco permite errores en la Escritura ya “que su doctrina es perfectísima y completa en todas sus formas” (4, 5, 7). También con facilidad podrían ser producidas frases citadas a partir de Lutero, Agustín (354-430) y muchos, muchos otros en relación a la infalibilidad de la Escritura. Esto es simplemente la doctrina de los apóstoles y los profetas. Pero nuestro texto enseña que Cristo mismo enseñó esta doctrina: “la Escritura no puede ser quebrantada” (Juan 10:35). Incluso sabemos la hora y lugar de la proclamación de Cristo: un invierno en la fiesta de la dedicación en Jerusalén (Juan 10:22).
Así, la doctrina de la infalibilidad no se basa simplemente en inferencias tales como las siguientes. La Biblia es la Palabra de Dios; Dios es totalmente cierto; por lo tanto, Su Palabra es totalmente verdadera y libre de error. La Biblia es inspirada por Dios; El aliento de Dios es perfecto; Por lo tanto, la Biblia es perfecta y no contiene errores. La Biblia fue escrita por el Espíritu Santo; el Espíritu Santo no se equivoca; por lo tanto, no hay errores en la Biblia. La Infalibilidad de la Escritura es impartida por declaración directa de Cristo: “la Escritura no puede ser quebrantada.”
Infalibilidad entonces no es meramente una construcción filosófica (“fundamentalismo”), como algunos eruditos supuestamente evangélicos (por ejemplo, Stanley Grenz) dicen. No es una filosofía sino una doctrina teológica, enseñada por el Hijo de Dios: “la Escritura no puede ser quebrantada.”
Esto significa que la doctrina de la infalibilidad descansa exactamente sobre la misma base que todas las demás doctrinas bíblicas, como la expiación por sangre y la gracia soberana. La base de todas las doctrinas es; la enseñanza de la Escritura, y la Biblia dice, “la Escritura no puede ser quebrantada.”
La doctrina de la infalibilidad es fundamental para todas las demás doctrinas cristianas. ¿Cómo probar que Jesús es Dios? Usted cita la Biblia. Pero si la Biblia no es del todo confiable, ¿cómo sabe que lo que usted ha citado, no es un error? Y si la enseñanza de la infalibilidad de la Escritura (Juan 10:35) es falsa, ¿por qué confiar en su enseñanza sobre el cielo y el infierno?
Por lo tanto, aquellos que rechazan la infalibilidad bíblica son culpables de herejía. Aquellos que no pueden decir “la Escritura no puede ser quebrantada” contradice el testimonio de la iglesia, los credos y del Señor Jesucristo mismo. Además a este punto quienes rechazan la infalibilidad de la Escritura, ¡Son menos ortodoxos que los mismos fariseos y judíos de la época de Jesús quienes recibieron esta doctrina!. Así, el oponerse a la infalibilidad de la Escritura es rechazar el claro testimonio de la Escritura, es caminar contra el Espíritu y llamar a Cristo un mentiroso.
Rev. Stewart
Tomado de Convenant Reformed News
Título en inglés: Unbreakable Scripture (4)
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