God’s Hammer. The Bible and its critics. Capítulo uno; ¿Cómo sabemos que la Biblia es inspirada?
Por Gordon H. Clark [1]
Hay otra razón para examinar detalladamente las reclamaciones Bíblicas a la inspiración. Al hacer esto, vamos a ver lo que la Biblia dice por inspiración. En la teología reciente la Biblia ha sido llamada “inspirada” en el mismo sentido que las obras de Shakespeare son llamadas inspiradas. Es decir, que son ellas fuentes de inspiración; nos excitan, elevan nuestras ideas, amplían nuestros puntos de vista y nos dan una comprensión de la naturaleza humana. En este sentido de la palabra inspiración, se suele decir entonces que no todas las partes de la Biblia son igualmente inspiradas. Las genealogías Bíblicas son aburridas y sin inspiración alguna.
Pero, ¿es esto lo que la Biblia quiere decir por inspiración? Sin duda debemos tener mucho cuidado en saber a qué nos referimos cuando hablamos de un tema. Si dos personas tienen dos significados diferentes en mente sobre un tema, la conversación estará atravesada sin propósito alguno y no podrán entenderse el uno al otro. Del mismo modo si una persona estudia por cuenta propia inspiración (o cualquier otro tema), y aún no tiene un concepto claro de lo que está estudiando, tal vez al final él no confunda a otra persona siempre y cuando él mantenga sus propios pensamientos con sigo mismo; sin embargo sus pensamientos en su propia mente serán confusos y carecerán de comprensión alguna. Desafortunadamente este caso es muy a menudo.
Tal vez la afirmación Bíblica más conocida que reclama que la Biblia es fuente de inspiración es 2 Timoteo 3:16: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar…” y así sucesivamente. La palabra inspiración, con su prefijo; in-, (tanto en inglés como español) dá la impresión de que después de que la Biblia (o un libro de la Biblia) fue escrito, Dios sopló en él o sobre él. Sin embargo, la palabra griega no significa “sopló en” o “sobre” o algo parecido; sino más bien significa «exhaló». Dios exhaló las Escrituras. Podríamos decir metafóricamente que las Escrituras son el aliento de Dios. Así, el reclamo es en realidad más fuerte de lo que parece en Inglés o en español.
[1] Gordon H. Clark, God's Hammer, the Bible and its critics, pages 22-23. See more at: www.trinitylectures.org/gods-hammer-the-bible-and-its-critics-p-87.html